lunes, 4 de junio de 2012

El huevo de la serpiente


Por Dr. Rubén Visconti*

Hace unos años un famoso cineasta sueco filmó una película a la cual le puso como título “El huevo de la serpiente” mediante la cual nos advertía que el nazismo, recientemente derrotado y en supuesta retirada, permanecía vigente y dispuesto a recuperar los anteriores niveles de dominio y de poder sobre las sociedades humanas.
Seguramente ese mensaje fue recibido por muchos como el anticipo de un  futuro posible en tanto otros rechazaron esas posibilidades considerando que después de los crímenes y atrocidades cometidas por ese régimen despótico de una crueldad infinita tendría posibilidades de reproducirse.
Otros, quizás los menos pero no por eso con escaso poder, soñaron con que el futuro podría brindarles otra posibilidad para  imponerlo de nuevo, bajo la seguridad no solo de la repetición formulada por el filósofo VICO, la que se sintetiza en la afirmación del ”torno y ritorno”, sino en la definitiva y no solo como una simple derrota pero nunca la guerra.
Este grupo que hace poco fuera estruendosamente derrotado en las urnas ha comenzado a manifestarse, como todos los “fascismos” cualquiera fuere su denominación particular, fascio, nazismo o franquismo o stalinismo, con creciente violencia y mediante ella trata de intimidar al resto para ir fundando las razones para recuperar el poder. Y esa violencia se la imputa a ese resto al cual en realidad ataca, haciéndose pasar por víctima. Dice que apoya la democracia cuando los resultados de las elecciones le otorgan la mayoría, pero la rechaza y la ataca denominándola populismo cuando no les es favorable.
El fascismo actúa de esta y no de otra manera porque la violencia está consustanciada con su primigenia esencia; el fascismo es violencia.
Y para disimularlo, acusando a los otros de provocarla, cuenta a su favor con los medios de comunicación que le ayudan a mentir y falsear la realidad.
Por ejemplo,  los asaltantes del campo invadieron la legislatura de la pcia de Buenos Aires pero los “informantes informaron” que fue La Cámpora.
Manifestantes de la Capital Federal reunidos en Callao y Santa Fe insultaron, escupieron y pegaron a mansalva a dos periodistas, los patearon en el suelo, pero los medios disimularon esos hechos aberrantes minimizando los resultados, y finalmente, Rodriguez Larreta , el Secretario de Gobierno de Macri, al ser atacado por militantes del club Comunicaciones, señaló que los mismos eran miembros también de La Cámpora, de lo que tuvo que desdecirse pocas horas después, cuando miembros del propio Club se auto denunciaron como los responsables.
Ni que decir de esa misma violencia si observamos los rostros de algunos de esos manifestantes, rostros desfigurados por el Odio, insultando con las expresiones más soeces con las que cuenta el idioma castellano; rostros que daban miedo con sus ojos extraviados que demostraban que podían llegar al crimen de cualquier oponente, sobre todo si, como lo hicieron, pudieran actuar en “patota” en una relación con sus adversarios de varias decenas contra dos o tres víctimas de ese odio.
Cualquiera que los vio puede estar en el derecho de pensar como tratamos de hacer para distinguir las conductas dicotómicas de los torturadores, cómo tales y cómo amorosos padres de familia, si en este caso que comentamos esos rostros del odio pueden transformarse tanto como para poder formar parte de una sociedad civilizada. Y todos los que observamos los hechos relatados tenemos el pleno derecho de no aceptarlo, de rechazarlo de plano.
Para mayores males, en los componentes de ese fascio no puede distinguirse la identidad de género ya que el mismo odio y rencor, similares acusaciones e insultos sumados a las mentiras infaltables conque las apoyan, la ponen de manifiesto señoras “bien” junto a los masculinos que las acompañan.
En estos tres ejemplos podemos sostener nuestras afirmaciones en cuanto a que en el país sigue existiendo una derecha fascista que sueña con el regreso de los asesinos recientes que, desgraciadamente para los honestos y sinceros creyentes, contaron con el apoyo explícito de la nomenclatura de la lglesia que, como acaba de demostrarse, colaboró con el sofisma de llamar desaparecidos a los QUE EN REALIDAD ERAN ASESINADOS Y TIRADOS VIVOS AL RIO DE LA PLATA.
Todo este relato, que es solo una pequeña parte demostrativa de la existencia de una porción fascista en la sociedad argentina, pone de manifiesto que, como lo afirmara el citado cineasta sueco, el huevo de la serpiente existe entre nosotros, que como tal tiene conductas sibilinas similares a una cobra, está dispuesta a dar el zarpazo para recuperar su poder  utilizando cualquier metodología por más violenta que pudiera imaginarse, cualquier falsedad, cualquier construcción falsa, cualquier maniobra sucia, aunque mediante su puesta en marcha pueda llegar a ocasionar la más terrible de las catástrofes, aunque se hunda el país por entero y sus 40 millones de habitantes, salvo los privilegiados que gozando de sus fortunas en DOLARES PUEDEN IRSE A VIVIR DONDE LES PLAZCA.
Y como al releer este escrito observamos que algunos pueden pensar que somos exagerados les advertimos que en realidad estamos pensado que nos quedamos cortos ya que quedaron en el tintero muchos otros hechos y ejemplos que hubiéramos podido agregar.
Solo nos resta añadir que al dirigirnos a todo ese inmenso resto ajeno al fascismo, se sume democráticamente y sin violencias pero si con absoluta decisión, a esta que nos animamos a denominar Cruzada, para erradicarlo definitiva y absolutamente de nuestra sociedad.
Finalmente, un mensaje fraterno para los periodistas que fueron atacados por ese grupo de facinerosos patoteros a los que les recomendamos que vayan  a la iglesia para obtener el perdón de su conducta anticristiana, ¿o Nó?
 
*Doctor en economía, Docente de la UNR, Miembro del CEP

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