Atahualpa Yupanqui sostenía que las piedras hablaban y nos escuchaban. Esa hermosa visión poética y filosófica de la realidad que nos contiene nos obliga a considerar a quienes hoy día forman parte de la autodenominada “oposición” al Gobierno Nacional, como algo menos que minerales agrupados. No escuchan. Peor aún, no quieren hacerlo. Sólo oyen. Actúan como grabadores de sonidos que inevitablemente rechazan, repulsan, desestiman, ignoran, incluso lo que ven, lo que palpan.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Sordos
Por Roberto O. Marra*
Atahualpa Yupanqui sostenía que las piedras hablaban y nos escuchaban. Esa hermosa visión poética y filosófica de la realidad que nos contiene nos obliga a considerar a quienes hoy día forman parte de la autodenominada “oposición” al Gobierno Nacional, como algo menos que minerales agrupados. No escuchan. Peor aún, no quieren hacerlo. Sólo oyen. Actúan como grabadores de sonidos que inevitablemente rechazan, repulsan, desestiman, ignoran, incluso lo que ven, lo que palpan.
Atahualpa Yupanqui sostenía que las piedras hablaban y nos escuchaban. Esa hermosa visión poética y filosófica de la realidad que nos contiene nos obliga a considerar a quienes hoy día forman parte de la autodenominada “oposición” al Gobierno Nacional, como algo menos que minerales agrupados. No escuchan. Peor aún, no quieren hacerlo. Sólo oyen. Actúan como grabadores de sonidos que inevitablemente rechazan, repulsan, desestiman, ignoran, incluso lo que ven, lo que palpan.
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